Eider Cardeñosa, karateca

Eider Cardeñosa es una karateca vitoriana de 23 años que en 2016 consiguió el Campeonato de España de Kárate y en 2017 el Open de Austria en Viena. Además, ha quedado 3ª en el Campeonato de Europa de Kárate, tanto en 2015 como en 2016. Licenciada en Trabajo Social, actualmente compagina su trabajo con su pasión por el kárate shinkyokushinkai entrenando de lunes a viernes en la escuela de kárate Fitness Gasteiz.

A Eider le gusta competir, y eso se nota. Sobre todo combates, que es en lo que se ha especializado en los últimos 2 años. Pero reconoce que si no fuera por el grupo de amigas que ha conseguido gracias a este deporte y el apoyo de los entrenadores, es posible que lo hubiera abandonado a nivel de competición.

Pero también le gusta ser trabajadora social en un centro de menores en el que ejerce desde enero. Y dar clases a niños, actividad que ha tenido que abandonar porque ahora se centra en el trabajo y en el entrenamiento. Si trabaja de mañana, entrena toda la tarde. Y viceversa.

Es una persona con mucha energía, que no sabe hasta cuándo le durará. De momento, no pierde el tiempo y siempre está haciendo algo. Reconoce que el kárate es un mundo complicado, pero que engancha. Y sobre todo une mucho. Así lo ha conseguido con su hermano, que también practica kárate y ahora es su mejor amigo gracias a los entrenamientos, la competición y las experiencias vividas juntos.

 

De pequeña probaste varios deportes. ¿Recuerdas la primera vez que practicaste kárate?

Había kárate en el polideportivo del barrio. Me apunté y desde el primer momento me gustó muchísimo. Estuve 3 o 4 años, aunque no hacíamos gran cosa en cuanto a kárate y mucho menos de competición. A la vez seguía haciendo danzas vascas, tocaba el piano y más cosas.

Sin embargo, no es hasta el instituto cuando te pica realmente el gusanillo. ¿Qué cambia para que este deporte te cautive?

Entré en el gimnasio en 2º de la ESO porque el instituto me quedaba al lado. Cuando empecé a entrenar aquí, me encantó. El nivel de exigencia y el esfuerzo no tenían nada que ver con el polideportivo del barrio. Progresivamente empecé a dejar el resto de actividades que hacía y a dedicar más tiempo al kárate.

¿Tuviste apoyo institucional y social en tu desarrollo como karateca cuando empezaste?

No. Mis padres estaban muy felices de que yo hiciera algo que me gustase, y punto. De ahí para adelante, nada más.

En la época en la que empezaste, ¿había otras chicas que practicaban kárate?

Sí, cuando empecé en el gimnasio, me junté a un grupo de chicas. Hay muy buen ambiente, así que hicimos un grupo de entrenamiento y luego ya de competición. Éramos un grupo bastante amplio en el que había chicas y chicos, y ahora solo quedamos las chicas.

Los chicos se han ido cayendo por temas de trabajo. Pero algunas de nosotras también trabajamos, y seguimos. Aquí el equipo de competición es femenino 100%.

Eider entrena patadas de karate
Eider Cardeñona practica una patada de kárate

Tengo claro que el kárate es un deporte de contacto físico y que me voy a retirar pronto porque quiero cuidar mi salud. Pero seguiré entrenando porque me encanta.

¿Te gusta la competición? 

Me encanta. El deporte en sí me gusta muchísimo. Empecé y me quedé por el deporte, pero en el gimnasio siempre se nos ha animado a competir. Tengo claro que es un deporte de contacto físico y que me voy a retirar pronto porque quiero cuidar mi salud, pero seguiré entrenando porque me encanta.

¿Qué sientes cuando compites?

Esa adrenalina es lo que engancha. El aliciente es la competición, el entrenar con un fin, con un objetivo. Y no solo el momento de competir, es todo. Nosotras tenemos la suerte de que hemos hecho un grupo de amigas, hacemos el viaje juntas y compartimos experiencias.

¿Para ti la competición es una forma de superarse?

Y la manera de aprender que las cosas cuestan y tienen su sacrificio. Ver la recompensa o no verla, pero sé que va a llegar. Si no es en este campeonato, será en el siguiente, y si no, en el siguiente. Porque con el trabajo todo llega. Ese aliciente a mí me tiene totalmente enganchada.

 

Después de un campeonato, tengo la sensación de que me ha pasado un tren por encima

Después de una competición, ¿estás un tiempo sin entrenar?

Mentalmente hay que desconectar y pasar los golpes porque si no, hacen mella. Estamos unos cuantos días sin entrenar; mucho hielo, ibuprofeno dependiendo de los golpes o si tengo hinchazón, voltarem. En cuanto a salud hay que cuidar todos los golpes y sobre todo descansar mentalmente.

¿Sientes mucho dolor?

Sí, la sensación es de que me ha pasado un tren por encima, voy encontrando moratones…

Y en el momento del combate, ¿notas las molestias?

Gracias a la adrenalina, la mayoría de las veces no duele tanto. Sí que duele, pero sé controlarlo. El dolor viene cuando estoy fuera y me quedo fría. Visualmente lo noto: empiezan las rojeces, los moratones… Normalmente cuanto más me duele, es porque he hecho más combates y me ha ido mejor.

¿Cómo trabajas el dolor previamente?

Hay que trabajarlo muchísimo mentalmente. En los entrenamientos intentamos hacer parte de endurecimiento, que es “dejar que me peguen”. No con todas las fuerzas, pero sí para ir haciéndome.

¿Cómo soportas esos golpes mentalmente?

Inconscientemente con los años voy aprendiendo. Es todo trabajo mental. Sé que me duele, pero ¿hasta qué punto?, ¿puedo aguantarlo? Por supuesto que sí, entonces, por qué no voy a seguir.

Sí que hay golpes que duelen mucho, que es cuando vienen los ko. O los wazari, que es como medio ko. Eso pasa, y mucho, porque es lo que se “busca” para ser ganador directo. Se lleva y se aprende.

En el Open de Viena de 2017 y en el memorial Branko Bosnia de 2015 y 2016 te han nombrado como la competidora con más espíritu. ¿Qué significa este premio para ti?

Es algo muy valorado. Es difícil decidir quién tiene más espíritu. Los árbitros valoran a una persona que se esfuerza y sigue hacia adelante. En ese sentido siempre se me ha dado bastante bien.

No soy una persona muy técnica, es lo que tengo que mejorar. Pero a nivel de cabeza y espíritu siempre lo he tenido muy claro. No rendirme. Es un trofeo que es de las cosas que más ilusión me hace. Me parece que tiene más valor que un primer puesto. Que alguien diga que voy buen por camino, aunque no sea la mejor.

Entrevista a la karateca Eider Cardeñosa
Eider Cardeñosa nos explica su filosofía de vida gracias al kárate

 

¿Integras en tu vida la filosofía del kárate? 

Sí, me aporta muchísimo. En el kárate al principio no se gana nada. Cuando algo sale mal, hay 2 opciones: dejarlo o seguir hasta que lleguen los resultados. Y eso se aplica a todo en la vida. Me ha enseñado que las cosas no caen del cielo (esto también me lo han inculcado mis padres desde que era pequeña).

¿Cómo aplicas lo que te enseña el kárate en tu día a día?

Si me esfuerzo de verdad, todo tiene recompensa. Si no me rindo y no me dejo vencer, todo lo voy a conseguir; en mayor o menor grado, antes o después. Esa disciplina de ser consecuente con lo que hago, mantener un horario… Ese conjunto que como persona luego aplico en mi vida diaria.

Si un día no tienes ganas de entrenar, ¿qué haces?

Peco de obligarme a venir siempre. Quitando algún día, el 95% de las veces, aunque no tenga ganas, vengo y me voy desahogada. Todo se queda fuera del tatami y salgo renovada 100%.

¿Cómo valoras tu carrera hasta el momento?

Como todo el mundo, con altibajos. Pero considero que me ha ido muy bien. El año pasado estuve preseleccionada para la Copa del Mundo por pesos. Me dijeron que si en el Campeonato de Europa de Kárate lo volvía a hacer bien y conseguía podio, me iban a llevar a la Copa del Mundo. Llegué al campeonato de Dinamarca y en la primer ronda me quedé fuera.

¿Cómo te lo tomaste?

Ya no me seleccionaron y me quedé con la espinita. En lugar de esperar al año siguiente, vi el campeonato de Austria y fui. Y en primera ronda me encontré con la chica que me había ganado en Dinamarca (y Eider ganó ese combate y el campeonato).

Me esfuerzo mucho en el kárate, pero hago vida normal completamente.

Los fines de semana, ¿haces vida normal?

Me esfuerzo mucho en el kárate, pero hago vida normal completamente. Salgo, pero no bebo. Y al día siguiente, me aguanto y salgo a correr. Sigo haciendo las cosas, pero en menor medida.

Además del kárate, ¿tienes otras aficiones?, ¿tienes tiempo para otras actividades?

Me gusta mucho el deporte en general y dar clases. Para el deporte que practico soy bastante coordinada y tengo elasticidad. Pero a la vez soy muy torpe. Me caigo muchísimo, me tropiezo. Los deportes con balón se me dan fatal (risas). Me gusta todo, pero a la vez se me da mal todo. También me gusta leer y el mundo social, que es lo que he estudiado, me atrae muchísimo.

De pequeña, antes de empezar con kárate, practicaste otros deportes. ¿Actualmente practicas otros deportes? ¿Te gustaría?

Lo he pensado muchas veces, pero no sabría qué decir. Seguiré haciendo kárate, pero lo compaginaré con otras actividades como Body Jump, que me gusta mucho. Pero no creo que haya algo me vaya a enganchar tanto. Aunque nunca se sabe…

¿Te gusta seguir algún deporte como aficionada?

Te diría que no. En casa sí que veo combates de kárate, pero otros deportes no.

Considero que soy una privilegiada porque puedo permitirme los gastos que conlleva practicar kárate

¿Te gustaría viajar a las islas Okinawa, donde nació el kárate en el siglo XVI?

No es algo que tenga en mente. Sí que tengo un viaje pendiente con la gente de kárate que es ir a Japón al Campeonato del Mundo de Kárate, que se hace cada 4 años. Por Europa me he movido mucho por temas de campeonatos, por lo que me encantaría viajar más fuera de Europa.

¿Qué crees que te hubieras perdido si no te hubieras dedicado a ser karateca?

Lo he pensado muchas veces. Creo que tendría una personalidad muy diferente a la que tengo. Yo no era así, antes era más pasota, más vaga. Y ahora soy muy inquieta. Hubiera dedicado más tiempo a salir, estar con mis amigas en lugar de estar entrenando…

Creo que me hubieran faltado muchas cosas en mi vida en cuanto a personalidad, de gente que he encontrado aquí, de algo por lo que esforzarme y tener objetivos. Aunque creo que eso es algo que inconscientemente hubiera buscado por otro lado.

¿Se puede vivir de prácticar kárate?

No. En mi caso, quitando el Campeonato de Europa de Kárate, que me lo paga la federación española, no me pagan nada. Si quiero ir a Croacia a competir, sale de mi bolsillo. Considero que soy una privilegiada porque puedo permitirme esos gastos.

Gracias al trabajo que tengo, y antes con las clases que daba y la ayuda de mis padres que me han apoyado en todo. No es que no se pueda vivir de ello, es que hay que estar en una posición privilegiada para poder permitírtelo. Requiere mucho sacrificio a nivel familiar. Es puro hobby.

¿Qué le recomendarias a una niña o adolescente para desarrollarse como karateca? 

Disfrutar. Dejarse influenciar positivamente por las personas que le van a enseñar y abrir la mente. Vaciar el vaso entero, como nos dice nuestro entrenador, y volverlo a llenar.

Y si no lo disfruta, dejarlo. Igual no es para ella. Pero si de verdad le gusta, no rendirse. Es un mundo muy complicado. Y los resultados se empiezan a ver cuando llevas tiempo. Si de verdad le gusta, tiene que ser constante.